De nuevo:
Gil Tablada “fue baleado mortalmente en la cara después de una corta lucha. En un esfuerzo por ocultar el crimen, Morice colocó una pistola en la mano izquierda de la víctima para que pareciera que se había suicidado. Lo que Morice no sabía era que Tablada no era zurdo, más aún, la pistola no tenía cargador”.
PRESENTACIÓN A LA EDICIÓN DIGITAL DE
“DON BÁRBARO”
“DON BÁRBARO”
¿Por qué una edición digital? Se preguntará quien lea estas pobres líneas. Y la respuesta cae por su propio peso: Para evitar que se la roben de nuevo y la desaparezcan de la historia de Costa Rica, como ya lograron hacerlo los Morice en la extraviada edición que la UNA hizo (hace 30 años) de este ensayo poético, sociología popular, narración trágica o informe policial frustrado, pues no sé cómo bautizar a una de las mejores obras literarias de CARLOS LUIS FALLAS, a pesar de eso desconocida para la mayor parte de sus lectores, incluyendo afamados críticos y comentaristas suyos que con costo la mencionan, como lo es “Don Bárbaro”. Además, Internet es la nueva expresión de la democracia y de la libertad de pensamiento, ya que los grupos de poder se adueñaron de los principales medios de comunicación o manipulación, que hoy en día son, por desgracia patria, lo mismo.
Calufa, indiscutible líder del Partido Comunista, se esforzó por visitar y escribir sobre uno de los rincones despatrióticamente más olvidados y abandonados de la geografía nacional: La Cruz, frontera norte. Después de todo, ¿a quien le podría interesar a mediados del siglo pasado unas tierras boscosas, con pésimos caminos, donde pocos campesinos analfabetas sobrevivían en una economía básicamente de autoconsumo, comerciando con el sur de Nicaragua los excedentes de su producción? De seguro que a nadie que tuviera que trabajarlas de sol a sol, bañando su frente con el honesto sudor campesino… pero sí a Luis Morice Lara, experto en enriquecerse con el sudor de quien tuviera enfrente y en arrebatar tierras a los campesinos pobres, siendo su principal deporte botar cercas ajenas para que el ganado de su propiedad se alimentara de las cosechas que nunca había trabajado…
Un triángulo demoníaco ahogaba todos los gritos de justicia que salían de los pulmones agonizantes del campesinado cruceño, y estaba malditamente compuesto por el Alcalde y su policía, el Ministerio de Agricultura con sus no pocos mediocres funcionarios y el Director de Orquesta, Don Luis Morice Lara, que hacía sonar los instrumentos musicales de todas las instituciones estatales en el tono que quisiera y por el tiempo que se le antojara, logrando la música más celestial para sus bolsillos, y más infernal para sus vecinos, sin que las constantes denuncias por el ruido escandaloso de sus monstruosos músicos le afectaran lo más mínimo.
Estamos volviendo a la vida los acontecimientos que malograron la injusta repartición de riquezas y propiedades que ha heredado hasta el día de hoy el cantón de La Cruz, bajo la indiferente mirada estatal, canonizando las pésimas estadísticas socio-económica de su población, por debajo del resto de Guanacaste y del país y sólo comparables a las del hermano país del norte. Y por eso no dudo que la relectura de “Don Bárbaro” hoy resultará más reveladora que en aquel lejano 1960, cuando la ley al rico poco le pesaba y el problema agrario rural se resolvían fácilmente con un rollo de billetes en la bolsa de algún funcionario del Ministerio de Agricultura y de la Policía, sofocando con la agresión, la cárcel o la misma muerte a quienes osaran romper el armónico ciclo de corrupción reinante.
Esta es sin duda alguna, una de las peores, oscuras y miserables páginas del libro de nuestra historia nacional, que con dolor y temblor abrimos, con la principal intención de comprender la relación de poderes que se ha mantenido hasta el día de hoy, aunque con un perfil más bajo, en esta relegada región del país. Tampoco ignoramos que los nauseabundos olores que de aquí surjan, sin duda alguna, también puedan afectar el prestigio de más de algún rico heredero de estas fortunas mal habidas en La Cruz y a muchos exfuncionarios públicos hoy felizmente pensionados (algunos señalados con su nombre y apellidos) que las posibilitaron, a costa de condenar a la pobreza a muchas humildes familias del campo, descritas clara, poética y pormenorizadamente por la pluma periodística del novelista defensor de los pobres.
También me estimula el devolverle la vida a este reportaje histórico inconcluso el hecho de conocer personalmente a los hijos e hijas de varios de los personajes devorados por la voluptuosidad de riquezas y poder con que actúo hasta su muerte Don Luis Morice Lara. Estas nuevas generaciones de despojados son los que van tratando de señalar caminos de justicia y solidaridad a un Cantón que grandes hacendados, empresas y caciques políticos desean imponer a toda costa, bajo el régimen del temor que crea sumisión y respeto, requisitos indispensables para mantener su hegemonía económica y política.
Poco a poco en La Cruz, frontera norte, se respiran aires nuevos para levantar valientemente la bandera de la Dignidad Popular:
• pisoteada primeramente por los españoles invasores, pero defendida por el cacique Nicarao y su gente
• pisoteada otra vez por la invasión del filibustero William Walker en Santa Rosa (20-03-1856), pero reivindicada con la quema del mesón en Rivas, la valentía de Pancha Carrasco y la única rotunda derrota que recuerda el ejército gringo en América, por la astucia de Juanito Mora y el general Cañas.
• pisoteada de nuevo en la tiranía de los Tinoco a principios del siglo XX, pero rescatada con la sangre derramada cerca de la frontera por el maestro Marcelino García Flamenco (19-07-1919).
• pisoteada en la contrarrevolución de 1948, donde izaron su valentía muchos patriotas, aunque cayeran varios heridos y cerca del Murciélago perdiera la vida, protegiendo al pueblo desde la Cruz Roja, el sacerdote Jorge Quesada (20-12).
• pisoteada de nuevo por invasores en 1955, pero rechazados por el pueblo armado que defendió con bravura su tierra, aunque fuera quemado el prometedor muelle de Puerto Soley.
• pisoteada brutalmente por el latifundista Luis Morice, exterminador de familias campesinas, pero gloriosamente eternizada en la gesta heroica que con su muerte ofreció Gil Tablada Corea (18-11-1970), dando nacimiento a una colonia agrícola.
• pisoteada por la Policía al servicio de los hacendados que ilegalmente se adueñaron de Paso Bolaños, quemando las casas y la escuela del lugar y encarcelando a los jefes de familia, pero erguida de nuevo por la sangre valerosa de Pedro Lara Martínez (9-05-1981).
• pisoteada por líderes políticos y funcionarios corruptos, títeres de los grupos de poder, a quienes facilitaron el acceso de parcelas, el tráfico ilegal de ganado y productos por la frontera y el contrabando de personas, armas y drogas…pero denunciado valientemente por líderes comunales, religiosos, autoridades honestas y ciudadanos auténticos como USTED.
Reafirmo el calificativo para la obra “Don Bárbaro” de “Reportaje histórico inconcluso” por dos motivos: Carlos Luis Fallas murió sin darse cuenta que con su descripción de una injusticia agraria sostenida por años, desde el poder económico y político de La Cruz y sus padrinos de fuera, había adelantado el anuncio profético de lo que sería el encarcelamiento de muchos inocentes campesinos y el asesinato de Gil Tablada Corea en manos del terrateniente. Además, aunque la historia de injustos despojos, corrupción de funcionarios públicos, caciquismo político, abandono del campesinado a su suerte… ha disminuido, no desaparece por completo, y sus vestigios siguen salpicando las relaciones sociales, políticas y agrarias de la región aún en pleno siglo XXI.
Así que te propongo el reto de leer críticamente esta obra literaria desempolvada de la cárcel del olvido y convertirla en un libro de cama para los papás que quieran soñar en familia con el país de la Vida; llevarla a la escuela y convertirla en un obligado texto de referencia para soñar una patria solidaria donde reinen la justicia y el derecho; cantarla en la nueva poesía folclórica de hondo contenido social para que sea silbada por los pajarillos que anuncian la primavera de la democracia; predicarla en la celebración religiosa para que reavive la esperanza en el Dios de los pobres; y gritarla a todo pulmón en el discurso electoral para que espante los fantasmas de la corrupción y el clientelismo político.
Lic. Ronal Vargas Araya
Liberia, 27 de enero 2008.
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