sábado, 29 de noviembre de 2008

El decreto minero

El señor Presidente Oscar Arias y el señor Ministro del Ambiente Roberto Dobles, tienen la obligación de explicar los motivos, razones o circunstancias, por los que se derogó el Decreto de moratoria a la explotación minera a cielo abierto de oro, cobre, plata y metales pesados de manera muy personal, pues una decisión de trascendental importancia como esta, donde un decreto anula otro que protege el medio ambiente, donde se abre el portillo a una industria considerada altamente destructiva como lo es la minería a cielo abierto de metales pesados, sin ninguna justificación, sin tomar en cuenta la opinión soberana del pueblo, es creo yo, una muestra de irrespeto al pueblo que lo eligió para defender los intereses del país y no los intereses de compañías transnacionales, estableciendo un reglamento que para quienes hemos estado paso a paso en esta lucha, fue claramente elaborado por personeros de la transnacional minera, que pretenden llevarse nuestros tesoros, por míseras limosnas.

Ridículamente en dicho reglamento se comenta de las bondades de la empresa minera en los diferentes cursos de capacitación a los vecinos, pero no se indica que son o fueron impartidos por funcionarios del INA, arreglos de caminos pero donde participó maquinaria municipal, abandonando incluso el antiguo y original camino al caserío de las Crucitas, para favorecer los intereses de la empresa, o llevar la electricidad pero con contribuciones muy generosas de vecinos y de la empresa eléctrica Coopelesca.

Quisiera saber donde está la justificación que abrió el portillo que permite la explotación de oro mediante el método de lixiviación con cianuro, sustancia altamente tóxica que va a envenenar una laguna de colas de 140 hectáreas, que contaminará suelos, aguas freáticas, superficiales y de escorrentía, que enviará millones de toneladas de CO2 a la atmósfera contribuyendo al calentamiento global y al cambio climático, en éstas horas aciagas para la humanidad, esa que clama a gritos por agua potable que dicho sea de paso, el mineral más valioso que existe en nuestro planeta y que mina Crucitas contaminaría aproximadamente 35000 litros por hora, para explotar unos gramos de oro, por Dios que alguien me demuestre que esto no es una locura.

Quisiera saber donde está la justificación que permitirá el trasiego del doblemente venenoso cianuro de sodio, que será transportado por mar y tierra en nuestro territorio nacional, por empresarios que no tienen la capacidad económica para pagar un posible desastre ambiental, porque la empresa minera no se hace responsable del transporte de dicha sal, sino que eso es responsabilidad de los transportistas.

A todas luces, el decreto que elimina la moratoria a la minería de oro y otros metales pesados a cielo abierto, no es para favorecer al país con su política de paz con la naturaleza, sino a las transnacionales mineras que con sus millonarios aportes, no solo corrompen seres humanos, sino que destruyen lo que tan generosamente Dios nos dió, nuestra bella madre tierra.

Profesor de ciencias y ecologista
Carlos Manuel Murillo Ulate
Ced: 9 – 022 – 698
Miembro del Frente de Oposición a la Minería

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